Difusión Difusa

sábado, marzo 24, 2012

el ladrón de fotos


Quizás está foto marca el final de algo.
El de una temporada disparando a la gente que me rodea en mi deambular diario.
Gente que me ve con el móvil, apuntándole, y gente que ni siquiera percibe que estoy a su lado.
Gente que agradece tu gesto y gente que no está dispuesta a entregar nada a un desconocido que ni siquiera se molesta en pedirlo.
Imágenes que pueden ser muchas cosas o sólo papel mojado.
Fotos que dicen mucho o poco, pero siempre, algo.
Imágenes que parecen perderse, pero permanecen etiquetadas para siempre.

Gracias a cada uno, fue un placer conocerles a todos.

Como dice Sol, esta entrada me salió bastante llorona y, la verdad es que yo sigo enviciado con el instagram. Así que probablemente siga colgando más imagenes. Hace un rato, contradiciendo las palabras de hace dos días, acabo de colgar, precisamente, una foto con Sol.
Quizás sólo debo cambiar el enfoque

viernes, marzo 23, 2012

la huelga y el anómico

Haciendo uso de mi irresponsabilidad hacia el país, los grupo de poder, la clase dirigente, la élite empresarial, la gente de bien y el sentido común.

Haciendo caso omiso a los avisos que desvelan la evidente corrupción de los sindicatos convocantes y la clara intención saboteadora del orden social que todos nos merecemos por parte de corpúsculos que, bajo denominaciones confusas, alienan a las masas exigiendo otra manera de entender la democracia y reclamando derechos que sólo pueden ser ejercitados en periodos de bienestar...

...mientras espero mi identificación y merecido castigo, yo, he decidido hacer huelga el 29 de marzo.

lunes, marzo 12, 2012

regreso a cuauhnáhuac

Todavía no han pasado dos años cuando regreso a Cuauhnáhuac.

El Cuauhnáhuac de Malcom Lowry, el de John Houston antes de que adaptara Bajo el Volcán.

El Cuauhnáhuac de la soledad, del calor denso y agobiante, de las nubes densas y agobiantes en sus tardes grises y encharcadas por sus lluvias torrenciales.

Nada que ver con la Cuernavaca que conocí 20 años atrás, de fiestas y piscinas, de gente acomodada y sonriente.

De gente que espera que te posiciones en el lado correcto mientras disfrutas de la eterna primavera.

La Cuernavaca a la que vuelvo es la de la calle Guerrero y la de las personas que transitan conmigo por ella.