Difusión Difusa

miércoles, enero 24, 2007

Papel higiénico


Como ya he comentado en otra ocasión soy un asiduo de las cosas diseñadas donde Iván Mejía va descubriendo, y nosotros con él, ejemplos que van de lo perfecto a lo nefasto.
Creo que el rollo de papel higiénico, del que desconozco el padre o la madre de la ocurrencia, es, precisamente, un ejemplo de diseño perfecto pero que, generalmente, es utilizado de la forma más nefasta posible, lo que provoca el desperdicio de cantidades y cantidades de papel en un sólo uso. No creo que el problema se encuentre en la ausencia de un manual de instrucciones, sino en que no le prestamos la mínima atención como herramienta y somos incapaces de deducir su propia lógica formal, en concreto, pasamos por alto el sentido de las divisiones en hojas individuales.
Quizás la próxima vez que te acomodes en la taza deberías pensar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo que pasa es que la gente desprecia su propio culo y no considera una tarea digna el limpiarselo, asi que lo hacen mal en varios sentidos, entre ellos, en el desprécio al material que toca, comentar.
Cuauhtemoc