A las puertas de Cherburgo
Ayer estuve lo más cerca que creo que voy a estar nunca de Cherburgo. No entré. Hacía sol y nadie me iba a atender cantando.
Estos dias hemos conocido a la nieta de unos pieds noirs. No pregunté, quizá quisieron emigrar a Francia y acabaron en Argelia. Tuvieron que volver a hacer las maletas con la llegada de la independencia, esta vez si que pudieron quedarse en Francia. Ahora la nieta vive en Aix en Provence rodeada de campos de Lavanda y de vez en cuando vuelve a la Almería que hace un siglo quisieron dejar atrás sus abuelos.
Crêpes y moules siguen girando a nuestro alrededor.
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