Difusión Difusa

lunes, septiembre 06, 2010

la universidad de la vida, an education

Como alumno, los cinco años que pasé en la universidad me resultaron, en general, gratificantes. Tuve algún profesor brillante y bastantes mediocres. También es verdad que yo no era uno de los escasos alumnos brillantes sino uno de la mayoria de los bastantes.

Hice una carrera de lo que no sé si se siguen llamando ciencias sociales, más cercana a las letras de leer que a las letras de cantar, que siguen siendo las que más me gustan. No obstante tuve mis oportunidades, tanto buscadas como encontradas. Después, como creo que le suele pasar a todo el mundo, atravesé una crisis existencial ante un éxito relativo pero lleno de contradicciones, seguido de una serie de pequeños fracasos no asumidos.

El caso es que con el tiempo he acabado trabajando dentro de una universidad, aunque no como profesor, y me he encontrado con lo mismo que vi en mi época de estudiante, una institución mediocre, claro, dos más dos siempre suman cuatro, antes y ahora; abarrotada de gente con el estomago agradecido, muy poca cultura y nulas inquietudes, por supuesto que no me estoy refiriendo a los alumnos, en la que priman dos leyes fundamentales: la del mínimo esfuerzo y la de que mi mano izquierda no sepa lo que hace mi mano derecha y donde a una mayoría trata de pasar desapercibida y a un grupo de ineptos se le llena la boca asumiendo éxitos logrados por las honrosas excepciones.

Definitivamente me quedo con la Universidad de la Vida.

3 comentarios:

H dijo...

La masificación de la universidad hace de esta un producto de consumo más. Pero entre tanto alumno, a veces, aparece alguna joya. Lo malo es que son silenciosas y menos evidentes que una masa sumisa y sin inquietudes que, particularmente, me pone los pelos de punta.

Ahora trabajo también en una Universidad, en mi caso relacionada con diseño, y es curioso y tremendo el ying y el yang.

Por lo menos en formación artística tengo la sensación de que el nivel medio ha subido un poco, pero que cada vez cuesta más encontrar alguien con brillo propio. Sin embargo hace 2 ó 3 años, en una entrevista, Paco de Lucía decía que, de haber nacido ahora, posiblemente no habría destacado (refiriéndose al alto nivel medio que había en ese momento).

Algo tiene que estar pasando cuando estrenamos un siglo sin figuras de talento y calidad en casi ningún aspecto. Creo que la apatía que se está inculcando a las generaciones nacidas a partir de los 90 es un problema muy grave que nadie se toma en serio (peor, lo llevan a programas de telerrealidad).

Cuando estudiaba y me planté quedarme en la universidad no lo hice porque no sirvo para la política de partido. Era como el PSOE madrileño pero en universidad. Si se pierde el tiempo en luchas internas no se invierte en investigación, por ejemplo.

Una vez asumido que la universidad no tiene ya el papel de formación intelectual que tuvo, debería crearse un espacio de formación práctica y de debate mucho más real. Pero la oveja es la reina de la casa. Una pena.

Bon courage,

H

H dijo...

Huy, era "planteé", al ver las dos ee juntas pensé que lo estaba poniendo en francés...

jmargen dijo...

Como comentaba en la entrada, el problema es que el grueso del profesorado es la verdadera masa sumisa y sin inquietudes.
Los alumnos siempre ha sido una excusa.