Difusión Difusa

lunes, marzo 28, 2011

Si no lo leyó, lealo ahora

Parece que sólo he visto una película. Parece que sólo he leido un libro.
Pero es que que la manera de conducirse de los paises occidentales ante las crisis encadenadas que vivimos se corresponde a la perfección con la imagen elaborada por Thomas Mann en La Montaña Mágica, ambientada en un sanatorio para personas adineradas, en su mayor parte incurables, por lo que una vez ingresadas en esta clínica de lujo, resulta casi imposible que la abandonen con vida.
Una metafora de las sociedades ocidentales, ajenas al dolor extraño pero condenadas ellas, en su aislamiento etnocéntrico, a consumirse en su falso bienestar, que oculta afecciones incurables, observando como el mundo que creían seguro se desmorona.

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