Difusión Difusa

viernes, mayo 14, 2010

Zapatero

No suelo hablar de política, porque creo que mi visión no aporta demasiado, pero a mi siempre me ha gustado el lado idealista de Zapatero, con su interés en dar visibilidad a grupos eternamente excluidos del nomos social, los diferentes, los perdedores, los perseguidos, los estigmatizados, las minorías en definitiva.

Y cuanto más ha sido ridiculizado por tratar de integrar este interés de forma coherente en su manera de hacer política, más simpatía he sentido por él, porque creo, y como se ha demostrado no soy el único, eso es lo que echabamos de menos en la manera de hacer política en el Reino de España.

Luego hemos visto que ha fallado atando cabos, que se ha dado de narices con el sistema global, que ha resultado ser otra cosa de lo que el mismo creía (ni alianza de civilizaciones, ni Kyoto, ni Objetivos del Milenio), y que, por lo visto, ha tardado en darse cuenta, como muchos de nosotros, en que hay cosas bastante más dificiles que sacar al ejército de Iraq.

La verdad es que también se ha mostrado un poco sordo a las conversaciones de cafetería de gente como nosotros que no comprendiamos como no se dada cuenta de que los pisos y las hipotecas eran inviables y que la burbuja inmmobiliaria estaba a punto de reventar, precisamente cuando metió en vivienda a Carme Chacón, que también se hizo la loca para displicentemente pasarse a Defensa, o cuando se empeñaba en que tragasemos a Sebastian en cualquier sitio público, cuando este era incapaz de transmitir precisamente al público esas supuestas bondades que tanto encandilan a su jefe y amigo.

Por lo demás la derecha siempre le ha visto como un intruso y se ha empeñado en mirarlo por encima del hombro, sin darse cuenta que así no sé si perderán votantes, pero ganar no van a ganar ninguno, quizás como decía la canción que popularizaron Aretha Franklin y Otis Redding, lo que la gente de bien y con sentido común (sic) pide es sólo un poco de respeto, no tanto para Zapatero, como para nosotros como electores de cualquier opción.

Nota: Me ha quedado un editorial. Como decía Umbral, ahora la gente progre que quiere escribir en lugar de poetas aspiran a ser editorialistas de El País.

No hay comentarios: