Difusión Difusa

martes, abril 08, 2008

jugando a los monstruos

Personajes imaginarios como Hannibal el Canibal, tan queridos en la línea de sombra, no dejan de ser más que creaciones pedantes que sólo se mueven con soltura entre la gente que práctica, como él propio doctor Lecter o Thomas Harris, snobismo de manual. Sus, en teoría, exquisitas referencias culturales, más que asumidas parecen haber sido anotadas a toda prisa para poder dar el pego en una fiesta de aspirantes. Su perversidad impostada, no consigue profundizar en los mecanismos mentales de los auténticos depravados que nos castigan todos los días en los periódicos.

2 comentarios:

__ dijo...

Coincido contigo totalmente y en especial en lo del snobismo de manual.

Saludos, Ignacio

jmargen dijo...

Aclaro que a mi El Silencio de los Corderos me parece una película excelente. Aquí de lo que hablaba era del intento para mi, bastante superficial y tramposo, de tratar de desarrollar el personaje de Lecter en las sucesivas entregas tanto literarias(¡je!)como cinematográficas.